Los llamados CRM (Customer Relationship Management) inteligente parecen ser capaces de captar clientes por si solos. Por un lado, es llamativo esperar que un CRM sugiera que hacer como si fuese una mentalidad suprema capaz de sobreponerse a los errores humanos.
Un CRM no es más que un software, es decir, una creación humana con trabajo de programación en función de las necesidades que presenta determinado negocio.
A la hora de leer los datos que provee un CRM debe ser cauto y preciso en función de sus necesidades. Si el mercado dónde usted está inserto se encuentra orientado a nivel nacional, y la generación de pre-contactos en su CRM se ubica en un plano mayor, y genera mas pre-contactos de países ajenos a su mercado en algo está fallando. Pero si siguiera las instrucciones de un CRM inteligente creería que se debería enfocar en esos mercados. Caso erróneo, ya que no es capaz, por diferentes cuestiones, en avanzar sobre ellos. La lectura errónea de los datos provistos por el CRM puede llevarlo al fracaso.
Si el CRM es una herramienta, debe ser desarrollada con el solo fin de adaptarse a sus necesidades y por ende ser capaz de darle los datos que necesita y no aquellos que no precisa. La lectura correcta de los datos de un CRM puede permitir integrar correctamente los equipos de ventas y comercialización con los de atención al cliente y marketing de modo tal de avanzar en la construcción de una verdadera fuente de información confiable y precisa.
Concluyendo, el CRM jamás dirá que hacer, a lo sumo, proveerá de los datos necesarios para tomar decisiones, por eso mismo, un trabajo codo a codo con la empresa que lo suministra puede permitir mejorar su CRM en función de sus necesidades, ahí se encuentra la importancia de las decisiones a la hora de llevar a cabo un proyecto de estas características; optar por CRM capaz de ser modificado o escoger un proyecto enlatado que puede generar mas de un dolor de cabeza.
Por Conrado Maggi